Anoche el Real Madrid tuvo enfrente un rival tan flojito que yo no recuerdo otro más suave, ni siquiera de fases de grupos. Tantas imprecisiones fueron incluso contraproducentes porque el Real Madrid se relajó demasiado.
Desde el pitido inicial los madridistas tuvieron la posesión absoluta del esférico y muchas ocasiones que tardaron en colarse entre los tres palos. Finalmente, Cristiano abrió el marcador en el minuto 25 con un remate a placer. En el minuto 36 Kaká marcó un gol espectacular ajustándola a la escuadra de los chipriotas con una rosca de diseño.
En la segunda parte el Madrid se echó a dormir y el Apoel de Nicosia acortó distancias por medio de Manduca. A partir de ahí se sucedieron los peores minutos del Real Madrid, en los que lidiaba con acercamientos amarillos y siestas de su propia defensa. Hasta que apareció Cristiano y de golpe franco, levantó los aplausos del Bernabeu. Más tarde Callejón marcó el 4-1 y confirmó la reacción madridista. Pero el Apoel aun tuvo un penalti, que transformó Esteban Solari. Finalmente Ángel Di María marcó el quinto con una vaselina espectacular.
El Chelsea jugaba en casa con el Benfica y tenía claro que no podía plantear un partido para pasear como el Madrid. En la primera mitad, Lampard puso en 1-0 de penalti. En el 84 Javi Garcia igualó el partido y encerró al Chelsea en los últimos minutos, se palpaba la machada. Pero Meireles en una contra blue sentenció la eliminatoria: 2-1.
Diego Celma
Imagen: a24