La Fórmula 1 tienes sus días malos y sus días buenos. Días divertidos y otros soporíferos. Ayer la carrera de Mónaco comenzó con mucha acción tras el accidente en la primera curva que puso patas arriba la clasificación ya desde los primeros giros.
A partir de ahí la carrera se disputó con prácticamente ningún adelantamiento y con una constante amenaza de lluvia que atenazaba a todos los equipos, desde al ingeniero al mecánico pasando por el piloto del monoplaza. Nadie quería precipitarse. Al final, la lluvia no llegó nunca y la carrera se mantuvo en aburrimiento total hasta las últimas vueltas, en las que los de la cabeza de carrera, entre los que estaba Fernando Alonso apretaron los dientes tratando de presionar al de delante, con el objetivo de que cometiese un error.
Algo habrá que pensar de cara al año que viene, porque ni con DRS ni con nada. Aquí en Mónaco adelantar es algo que pertenece a otras épocas y la carrera provoca caídas de mandíbula de proporciones épicas.
Al menos, Magic Alonso se ha colocado líder en solitario del Mundial con este tercer puesto porque la victoria de Mark Webber y el segundo puesto de Nico Rosberg no le influyen en absoluto en la lucha por el primer puesto.
Diego Celma
Imagen: prensa libre