Cuando la opinión general decía que Estados Unidos no se tomaba en serio esta edición del Mundial de Baloncesto, cuando afirmaban que las figuras estaban ausentes de el campeonato llevado a cabo en Turquía, ellos se llevaron el título.
Y lo hicieron imponiéndose a todo y a todos, incluso a los locales, a quienes vencieron en la final del torneo por 64-81. ¿La gran figura? Nada más y nada menos que uno de los militantes del Oklahoma City Thunder: Kevin Durant. La selección de Estados Unidos pudo hacerse con el título mundial después de 16 años de haberse olvidado lo que eso significaba.
Durant fue implacable desde el primer cuarto de juego, cuando logró anotar 11 de los 17 primeros puntos encestados. Por su parte, los locales demostraron que sabían de qué se trata el baloncesto y se plantó firme ante los de la NBA.
En los siguientes cuartos, triple tras triple se sucedieron y es así que siete de los once intentos de encestar tiros de tres fueron certeros, dejando un marcador parcial de 32-48, a favor de las visitas.
Con una plantilla que se caracteriza por ser joven, los de EEUU lograron demostrar que el talento trasciende las fronteras de la experiencia, y que así se puede estar a la altura de las circunstancias. Kevin Durant ha evidenciado que puede colocarse con orgullo al lado de las grandes y míticas figuras del baloncesto, entre ellos, el propio Shaquille O’Neal, quien alzó el gran trofeo hace 16 años.
Turquía festejaba su victoria, contando con la ventaja de jugar en su propia casa, pero eso no le bastó. Banderas turcas coloreaban el estadio que albergó la final, vaticinando el triunfo frustrado de la selección anfitriona.
Enhorabuena a los campeones… Vosotros pensaréis, ¿Y España? España se despidió de Turquía en la sexta posición, ¿será el comienzo del ocaso? Deja tu comentario.