Ellos dos marcaron los goles que permiten al Real Madrid mantener el pulso por la Liga al Barcelona, aunque Adrián Colunga fue quien empató cuando el Zaragoza ya estaba con diez por la expulsión de Contini, quien debió ver la roja mucho antes.
El Real Madrid ganó algo más que un partido en La Romareda, una batalla, un duelo que el Zaragoza quiso resolver a golpes y el Madrid ganó con casta y carácter.
El Zaragoza intentó contrarrestar las intenciones del Madrid, que nunca perdió de vista su objetivo y se mostró siempre dispuesto a lo que sea, si por ahí llegaba hasta la victoria.
Victoria tan ansiada que por fin llegó, gracias a Raúl y Kaká, quizá los dos hombres más discutidos de esta plantilla y a los que se agarró el Madrid para seguir vivo en una Liga que, con buenas ideas, pero faltó de puntería y la excelente actuación del portero Roberto se le empezaba a complicar aún más.
El Madrid salió concentrado, poniendo intensidad y velocidad a todas sus acciones, pero el Zaragoza respondió buscando los tobillos del rival y con esa táctica logró sacar del partido al Madrid, que se equivocó al intentar solucionar esta disputa con el mismo lenguaje que el rival.
Con el marcador en contra al Zaragoza dejó de lado la intimidación, todos lo aceptaron, todos menos el inconsciente Contini, que decidió ser expulsado por el ya mencionado codazo a Higuaín.
Faltando media hora para el cierre, en la que el Madrid se lanzó sin freno a por la victoria, consciente de que en esos 30 minutos estaba la Liga, al menos sí la posibilidad de seguir luchando por ella.
Avisó Ramos con un cabezazo al poste, y probaron fortuna Higuaín y Cristiano, que esta vez se quedaron sin marcar, pero tuvo que ser Kaká, que poco antes había sustituido a Gago, quien solucionara el partido.