El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cargó armas contra los críticos que no tienen fe en que su país será apto para realizar el próximo Mundial de Fútbol, a disputarse en el 2014, asegurando que si dicen eso, están subestimando la capacidad de los brasileños de planear y realizar las obras que se proponen.
Lula Da Silva afirmó con ímpetu que todas las obras proyectadas para el próximo Mundial serán realizadas en tiempo y forma.
«…Terminó el Mundial de Suráfrica y ya comienzan a decir: ¿en dónde están los aeropuertos brasileños? ¿en dónde están los corredores de autobuses brasileños? ¿en dónde están los corredores de tren de Brasil? Es como si fuésemos un bando de idiotas que no supiésemos hacer las cosas y definir nuestras prioridades…», manifestó un tanto molesto la máxima autoridad brasileña, en un discurso que tuvo lugar en una ceremonia pública, la pasada semana.
Añadió a lo pronunciado que su país está atravesando una etapa muy positiva, con un crecimiento extraordinario a nivel económico, y que se siente capaz de garantizar que los proyectos serán ejecutados, construyendo la infraestructura necesaria para un evento de esta talla.
A pesar de que el gobernante no explicitó los nombres de quienes levantaron críticas, sí se manifestó justo el día en que la prensa de su país publicó unas declaraciones de Jerome Valcke, secretario general de la FIFA. En ellas, el directivo de la FIFA dijo que a Brasil le «…falta de todo…» para ponerse a la altura de este evento mundial.
«…Es necesarios construir estadios, carreteras, sistemas de telecomunicaciones, aeropuertos… y ver incluso si hay realmente capacidad suficiente de hoteles…», dijo Valcke, en las declaraciones que el diario ‘O Estado’ de Sao Paulo, publicó en sus páginas.
Mediante el mismo medio se publicó una advertencia, emitida por el Tribunal de Cuentas de la Unión (Contraloría), según la que las obras para la próxima edición del Mundial se encuentran «…impresionantemente atrasadas…».
De cara al 2014 se verá si el Mundial podrá llevarse a cabo y si Lula podrá cumplir con lo que se propone, creando en Brasil, una estructura apta para albergar a los que asistan al la cita futbolística.