El primer intento de Pep Guardiola, que apuntaba a no incluir a Leo Messi en el amistoso ante el K-League, en terreno surcoreano, se ha visto frustrado. En conferencia de prensa previa al encuentro, el entrenador del FC Barcelona había afirmado de forma infranqueable que Messi no estaría presente en este partido.
Los fundamentos que sostuvo Pep se relacionaban a que el jugador acababa de reincorporarse al trabajo, después de un largo mes de vacaciones. A esto se le añade que ‘La Pulga’ estaba falto de ritmo por ese motivo, con un peso por encima del que tendría que tener, y con poco entrenamiento de sus piernas.
Es por ello que el entrenador quería reservar a una de sus más grandes estrellas, para evitar posibles riesgos de lesión.
Sin embargo, tan solo unas horas más tarde, los directivos del equipo azulgrana dijeron que Leo sí jugaría. ¿Qué pasó en pocas horas?
Los organizadores del encuentro inmediatamente demostraron su malestar ante la decisión de Pep, que habían puesto todas las fichas en la presencia de Messi en el campo, como uno de los principales «atractivos», para llenar el estadio. Los aficionados surcoreanos, más que para apoyar al K-League, acudirían al espectáculo, para presenciar en el ruedo al exitoso argentino.
Entonces, los promotores del encuentro, de Corea del Sur, convocaron a los representantes ‘culés’ a una urgente reunión, en Seúl. Después de un duro debate, los portavoces del equipo español cedieron a que el futbolista ingrese al campo, por lo menos por media hora de juego, como los encargados surcoreanos dispusieron.
Estos son los hechos… pero, ¿por qué? Sí, por el dinero, exactamente. El FC Barcelona cobraría por este partido la suma de dos millones de euros, aproximadamente, siempre y cuando se cumplan los términos expuestos.
En caso contrario, los azulgrana serían penalizados por un veinte por ciento, en caso de no cumplimiento. Uno de los términos era, justamente, que Messi jugase.
Podrán ponerse otros justificativos para explicar la cesión de la disposición de los surcoreanos, pero lo cierto es que este hecho económico no puede dejarse de lado, eso suponemos.