Marc Coma no puede ocultar su sonrisa cuando le hablan de la posibilidad de conseguir un tercer Dakar en su carrera, pero es prudente y hasta que no se llegue a Buenos Aires no hay nada hecho. El de Avila está a sólo unas horas de dar a KTM el décimo Dakar consecutivo para la escudería.
La jornada de ayer constaba de 555 km, la segunda más larga del Dakar que fue durísima ya que el barro inundaba prácticamente el recorrido entero. «El camino casi no se veía», resumía Despres, con la satisfacción de haberlo intentado todo. Unos metros más adelante, puntualizaba Coma: «El camino estaba destrozado. Era como si hubiese habido una guerra».
Con Coma entregado a los medios de comunicación, Johan Farmer, el mecánico de Coma daba mimos al último motor para que la máquina lo de todo hoy en la llegada de la carrera al autódromo de Baradero y dar un paso más para la consecución del título de campeón de motos Dakar 2011.