La Champions ha castigado duramente la condescendencia del Barcelona ante el Arsenal, los ‘gunners’ remontaron el tanto inicial de Villa con goles de Van Persie y Arshavin. Los de Londres se sintieron con más fuerza que el Barcelona pese a que el equipo de Guardiola fue superior técnicamente.
Cesc Fábregas tomó las riendas del encuentro junto a Wilshere pero Messi a los quince minutos ya avisaba de sus intenciones en un mano a mano con vaselina incluida a Szczesny creando huecos entre la sólida defensa inglesa.
Tanto Busquets como Xavi se encontraron su espacio en el terreno de juego y lo hicieron bien con pases rápidos y buena distribución del juego. Cuando el partido llegaba a la media hora de juego, Villa muy atento recibió un gran pase al hueco de Messi que aprovechó para batir con disparo raso al meta local.
Durante toda la primera parte el Barça jugó como sabe, con fútbol de toque pero con un ritmo más pausado, se anuló un remate de Messi por fuera de juego y el Arsenal no hacía otra cosa que esperar su oportunidad para armar una contra con Van Persie como punta de ataque.
El Arsenal que veía que el Barça no tenía la decisión ni la intensidad de partidos anteriores optó por atacar con varias galopadas de Van Persie intentando buscar algún hueco por el que entrar aunque Abidal no se lo puso fácil.
El defensa catalán Pique se perderá el partido de vuelta ya que vió la tarjeta amarilla, este fue el primer síntoma de que el Barcelona no se encontraba ni agust0 ni con fuerzas . La superioridad psicológica parecía empezar a fatigar al equipo azulgrana, con Messi desperdiciando jugadas y pecando de egoísmo en dos ocasiones (ahí perdió el partido), y Guardiola trató de poner remedio a la defensiva, quitando a Villa por Keita. Fallo grave, pues le dio la pista a Wenger (sacó a Arshavin).
Volvieron a la carga los de Wenger y, en la enésima jugada larga sobre Van Persie en el 77, falló Valdés. Su disparo potente con la izquierda al primer palo, casi sin ángulo, no encontró oposición del meta catalán. Podía pasar, cierto, pero no de forma tan evidente.
Entonces llegaron las prisas y los arrepentimientos. El Emirates coreaba y empujaba a los suyos, que querían castigo y principio de sueño. Fueron seis minutos fatídicos que volaron y que acabaron con el tanto del ruso recién incorporado a pase de Nasri desde la banda. Al primer toque, quirúrgico y con toda la defensa mirando. Parecía mentira, sí, pero podía pasar, porque esto es la Champions y el Arsenal también juega.