El Real Madrid cumplió con creces en la victoria en casa ante el Levante por 2-0 con tantos de Benzema y Carvalho, un encuentro realmente cómodo para el Madrid que no tuvo que esforzarse demasiado para deshacerse de su rival. No hay duda que los de Mourinho están con el punto de mira apuntando al próximo partido de Champions frente al Olimpyc, desde hace ya algunos años los octavos son un escollo insuperable para el Madrid.
Mourinho creyó oportuno hacer rotaciones y le funcionó bien, los de valencia comenzaron el encuentro con una clara actitud victimista preparados para lo peor, de esa manera se encerraron atrás para protegerse con una línea defensiva de cinco hombres, craso error y eso que no jugaba Xabi Alonso por descanso.
Con las rotaciones reaparecieron jugadores que parecían destinados al banquillo eterno como Pedro León y Sergio Canales y Esteban Granero. El doble pivote formado por ‘Lass’ y Khedira asegura de todo menos fútbol vistoso. El ‘Pirata’, que da calidad en la construcción, digería su situación en la grada.
Un irreconocible Real Madrid sin Xabi Alonso, Mesut Özil y Emmanuel Adebayor cumpió con creces un partido que no fue más que un mero trámite. La portería madridista la defendió Adán debido a la sanción de Iker y que no tuvo ningún problema ya que el Levante ni se acercó al área.
Karin Benzema que regresava a la convocatoria marcó en la primera ocasión que dispuso a los seis minutos del encuentro y a placer. La jugada del tanto la iniciaba magistralmente Di Maria después de dos regates que con los que rompió a dos rivales antes de asistir al francés.
Con el partido en el terreno que deseaba el Real Madrid, que quería guardar fuerzas, salieron a la luz cuentas pendientes de las celebraciones de la dura goleada de Copa del Rey. Sergio Ballesteros tenía tomada la matrícula a Cristiano. Un jugador que se calienta tanto como él cuando es provocado. Un golpe en la espalda cuando el colegiado no miraba sirvió para encender la mecha.
Retomaron los centrales del Levante el papel de Ballesteros para seguir descentrando a Cristiano. Se desquitó al borde del descanso. Golpeó con toda su potencia una falta lateral y Carvalho, que entraba con fuerza, solo tuvo que empujar a la red.
El encuentro estaba sentenciado. El hambre de goles del precedente copero no reapareció en el Real Madrid. El Levante, que solo llegó con un remate desviado de Valdo, no tuvo fe en nada. Mantuvo su defensa de cinco, con Del Horno en una situación extraña como tercer central, hasta bien avanzado el segundo acto.
Por el bien del espectador el árbitro pudo pitar el final antes del tiempo reglamentario. Todos lo habrían agradecido. Todos menos Cristiano. Al portugués no le sustituye Mourinho ni con el encuentro sentenciado y a tres días de una cita clave de la temporada. Su deseo era marcar y no cesó en su intento. Se marchó cabizbajo. Las dos más claras se las sacó Munúa, por bajo en un mano y con buenos reflejos a un testarazo a quemarropa.
El portero uruguayo evitó la goleada. Acertó a remates de Khedira, Benzema y Özil. El juego de su equipo no estuvo a la altura y el Real Madrid se acuesta a dos puntos del Barcelona, sintiendo el renacer de la Liga y la llegada de la hora de la verdad. Los octavos de final y su maldición europea saltan a la escena.