El Alcorcón volvió a convertirse en protagonista de la Copa del Rey al eliminar a un rival de Primera división, en esta ocasión un Real Zaragoza que sigue perdido y al que solo le queda esta temporada el objetivo de intentar salvar la categoría.
La primera parte el único equipo que existió sobre el terreno de juego fue el Alcorcón que dispuso de oportunidades para adelantarse en el marcador, mientras que en la segunda mitad fue el Real Zaragoza el que pasó a controlar pero sin acierto ante la portería rival lo que permitió a los madrileños con los goles de Oriol Riera y Quini hacerse con el pase a octavos de final.
Al conjunto aragonés le costó muy poco confirmar sobre el césped la grave crisis de juego que atraviesa, practicando un fútbol sin ningún tipo de criterio que permitió a los madrileños asentarse poco a poco y tomarle la medida al partido.
El escaso nivel futbolístico que exhibieron los blanquiazules se confirmó con sus escasas acciones de peligro sobre el área defendida por Raúl Moreno, tan solo una al cuarto de hora de juego en un balón centrado por Luis García que remató con cierto peligro el italiano Maurizio Lanzaro.
A partir de ahí, los únicos que pusieron algo de coherencia con el balón en los pies fueron los hombres que dirige Juan Antonio Anquela, que no se sentó en el banquillo por estar sancionado tras su expulsión en el partido de ida.
Por la banda derecha, el veterano Fernando Sales jugó a placer y fue el manantial que surtía de balones a los atacantes madrileños que dispusieron de algunas ocasiones, lo suficientemente claras como para haber movido el marcador antes del descanso y poner a su favor la eliminatoria.
El último cuarto de hora, puso los pelos de punta a los pocos aficionados que se acercaron hasta el estadio zaragozano. Fernando Sales desbordó a Lanzaro dentro del área y se quedó solo ante Roberto pero sin hueco para poder colar el balón.
En una rápida contra Carey vio adelantado a Roberto y su vaselina se perdió por la línea de fondo pero con el cancerbero madrileño batido.
Poco después llegó la mejor ocasión, un remate prácticamente a bocajarro de Miguélez que obligó al portero local Roberto a convertirse, una vez más en lo que va de temporada, en el salvador del conjunto zaragocista. El rebote le llegó de nuevo a Migueléz, quien a portería vacía marró su disparo y lo estrelló en el larguero.
Los cambios introducidos por Javier Aguirre tras el descanso con la incorporación de Ortí y Juan Carlos en el ataque dieron más mordiente al juego zaragocista que, en los seis primeros minutos, creó más peligro que en toda la primera mitad.
Una galopada de Juan Carlos obligó a Raúl Moreno a realizar una primera intervención de mérito, y poco después fue Zuculini el que le puso a prueba.
La mayor consistencia del juego de los blanquillos obligó a dar un paso atrás a un Alcorcón que se había ido al vestuario con la sensación de no necesitar grandes alardes para conseguir su objetivo de darle la vuelta a la eliminatoria. De nuevo Juan Carlos se encontró en su remate con la pierna del cancerbero visitante para impedir que se moviese el marcador.
El juego ganó en intensidad sobre todo por la mejoría de los locales, pero la eliminatoria seguía abierta y el Alcorcón solo necesitaba un gol para volver a protagonizar una nueva gesta ante un Primera división.
Cuando los maños estaban realizando su mejor juego se encontraron con una gran acción individual de Saúl que culminó con el gol de Oriol Riera a falta de cuatro minutos que ponía francamente complicada la eliminatoria a los locales.
Tres minutos después, el gol de Quini sentenció la andadura zaragocista por la Copa con todo el público gritando en contra del ausente presidente, Agapito Iglesias, que anunció que no acudiría al estadio para que el equipo contase con el máximo respaldo.