Aranda, de 31 años, abandona el Levante al no estar contando para el entrenador. Allí, a la sombra de Koné, no tenía casi minutos, aunque tampoco puso mucho de su parte para convencer a Juan ignacio Martínez, sobre todo en el apartado físico y en los entrenamientos. En lo que va de Liga y a la sombra de Arouna Koné solo había jugado en 10 partidos, con ningún gol, mientras que sus dos apariciones en Copa las saldó con un tanto al Deportivo. Aranda, que llegó al Levante tras rescindir contrato con Osasuna el pasado verano, percibía en el club granota unos 300.000 euros, cifra similar a la que tendrá en el Real Zaragoza.
El delantero, que se formó en la cantera del Madrid, tenía muy avanzada su llegada al Hércules, pero el Real Zaragoza reactivó la opción el miércoles y puso más interés que el Mallorca. Al principio, el Levante pidió al Real Zaragoza 100.000 euros por la desvinculación del punta, pero al final accedió ayer a rescindirle su contrato. El punta rubricó su salida y pasó después a despedirse de sus compañeros por La Calderona.
Aranda, un ariete que aguanta bien el balón, buen rematador y con condiciones para haber llegado más lejos, tiene en la irregularidad y en la automotivación sus grandes hándicaps. De infancia difícil y con la mano de Del Bosque en la cantera del Madrid, llegó a debutar con el club blanco en la elite para pasar después por Numancia, Villarreal, Sevilla, Albacete, Murcia, Granada 74 y Osasuna, donde estuvo las dos últimas temporadas, con cinco y tres goles en las dos últimas Ligas.