Estaba yo en el abarrotado estadio de La Romareda, el Zaragoza había plantado cara al Real Madrid de Fabio Capello y dos goles de Diego Milito estaban llevando a los blanquillos hacia la victoria. En otro estadio de primera división, simultáneamente, el Barça ganaba al Espanyol con polémica gracias a un gol con la mano de Leo Messi. Estos resultados daban momentáneamente el liderato a los azulgranas a falta de tan solo una jornada por disputarse.
Yo estaba desesperado en la grada al lado de los Ultras Sur, que entonaban canciones ajenos al resultado y a la realidad. Entonces marcó Van Nistelrooy y toda la grada saltó, quedaban 2 minutos de partido pero el Madrid estaba destacando en las últimas jornadas por darle la vuelta a los resultados en los minutos finales. Yo miraba el reloj porque no pensaba que fuera posible…y entonces, un señor mayor sentado dos butacas más allá, que iba con una radio portátil y nos iba informando del partido, empezó a gritar con las manos en alto y los ojos de incredulidad el nombre de Tamudo…
Van Nistelrooy dice que cuando llegó al centro del campo y vio que la gente seguía celebrando no logró saber el porqué. 20 segundos había tardado en llegar al círculo central, 20 segundos ajeno a lo que sucedía en el Camp Nou, 20 segundos que cambiaron una liga.
Diego Celma
Imagen:as