Hace 3 años, el mundo del fútbol vio un expolio, un saqueo arbitral que muy pocos aficionados a este deporte y, desde luego, ninguno del Chelsea, olvidarán jamás. Stamford Bridge fue el paciente attrezzo que soportó con estoicismo el catastrófico arbitraje de Tom Henning Ovrebo a favor del Fútbol Club Barcelona durante los 90 minutos de partido.
Dos manos en el área, una clarísima de Piqué y otra de Eto´o y hasta cuatro derribos en el área, dos sobre Drogba, uno dudoso sobre Anelka y una clarísimo sobre Malouda pero que el árbitro desplazó un metro considerándolo como una falta fuera del área. De poco sirvió el golazo de Essien en la primera mitad porque Iniesta en el descuento, cuando entra todo, puso las tablas en un partido que el conjunto inglés debería haber podido sentenciar desde los once metros.
Por todo esto y por mucho más, el Chelsea, que mereció jugar aquella final en Roma, quiere ir ahora a la finalísima de Munich en la que se podría ver las caras con el anfitrión o con el real Madrid de su ex entrenador José Mourinho. Veremos como se comporta esta noche el árbitro turco Caçir.
Diego Celma
Imagen: telegraph