Alonso es un piloto en los que la frialdad a la hora de tomar decisiones es una de las virtudes determinante. Es un hombre con nervios de acero que rara vez se deja llevar por sus emociones. En muy pocas ocasiones lo ha demostrado, así que ayer sorprendió a todos cuando en el podio de Valencia y mientras sonaba el himno de España, se le cayeron las lágrimas y se le pudo ver visiblemente afectado.
Muchos pensamos que debía de tener algún problema en el ámbito familiar pero luego el dijo que se trataba simplemente de la ilusión que le hacia haber podido ganar en Valencia de la forma en que lo hizo, porque a remontar 10 posiciones hasta el liderato, hay que añadirle la victoria en casa y la tarde aciaga de sus rivales más directos de cara a la lucha final por el disputadísimo mundial de pilotos.
Ahora mismo, Alonso saca una cómoda ventaja de más de 20 puntos a Sebastian Vettel y a Lewis Hamilton y parece que la triple corona puede ser una realidad tras 5 años de travesía por el desierto. Ahora bien, un abandono del asturiano igualaría de nuevo el gran circo.
Diego Celma
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