Antes de ayer Fernando Alonso vio pasar a escasos centímetros de su casco toda su vida. Un bólido llamado Grosjean (no sé que hace este chaval pero está metido en todos los fregaos y accidentes) había perdido el control en la recta inicial tras colisionar con Lewis Hamilton (habitual en los percances aunque en esta ocasión no tuvo nada que ver el pobre). En la primera curva de Spa Francochamps, un embudo legendario, se montó una tunda de campeonato.
Fernando, que había llegado bien posicionado a la curva, solo recibió golpes por todos los lados y de repente, un trueno amarillo rodeado de oscuridad a punto estuvo de quitarle la vida.
Algunos entendidos dicen que el Hans hubiera evitado que Fernando Alonso se rompiera el cuello en el caso de que el coche hubiera impactado contra el casco del asturiano. Sin embargo se trata solo de teoría y mejor, por el bien de todos, que no lo pongan en práctica.
De momento, el francés Grosjean ha sido multado con 50.000 y sin correr en Monza (Italia). Una sanción ejemplarizante. Fernando declaró sin querer hacer más sangre diciendo que la mayor suerte de la carrera era que estará en Monza el próximo fin de semana.
Diego Celma
Imagen: f1espanol