El Sábado saltaba el líder al cesped de Anoeta, donde últimamente nunca se le habían dado bien las cosas y no iba a ser menos en plena celebración de la fiesta grande de San Sebastián. El Barcelona cayó derrotado por 3-2 ante una Real que tuvo fe en si misma cuando el todopoderoso Barça se encontraba con una ventaja de 2 goles y consiguió la remontada en el último minuto.
La racha llegó a su fin demostrando que este equipo también es humano y puede cometer errores. Empezó avisando el equipo de Tito con una ocasión errada por Messi de las que el argentino no suele desaprovechar, y materializó su dominio inicial a los 6 minutos cuando la pulga, que esta vez no perdonó, recogía un balón en la frontal del área y lo ponía pegado al palo de la portería defendida por Bravo. Pudo empatar la Real instantes después en una jugada ensayada que Valdés, protagonista ayer por no renovar con el conjunto catalán, desmanteló tapando todos los huecos. Así, cuando el electrónico marcaba el minuto 25, Pedro firmaba el 0-2, tras aprovechar un buen pase de Dani Alves al que sólo tuvo que acompañar al fondo de las mallas. Parecía otro partido cómodo para el Barça a domicilio pero Messi perdonó el 0-3 y, prácticamente en la siguiente jugada, el Chory Castro comenzaba a obrar el milagro batiendo a Valdés con un potente tiro cruzado con el que se llegaría al final de la primera mitad. Reanudada una segunda mitad en la que ninguno de los 2 equipos tenía el dominio claro, Piqué fue expulsado por doble amonestación y, en el minuto 63, de nuevo el Chory Castro hacía el empate tras un disparo que rebotó en la defensa blaugrana y se coló en la portería de Valdés. Y cuando ya parecía que todo estaba visto para sentencia, apareció Agirretxe para empujar con los tacos un balón en el corazón del área pequeña y poner el definitivo 3-2 con el que la Real rompía la imbatibilidad del F.C. Barcelona.