El F.C. Barcelona hizo valer el resultado de 2-0 obtenido en la ida y se clasificó para la final de la Copa del Rey, donde buscará venganza contra un Real Madrid que llega sin haber recibido un solo gol en toda la competición.
Anoeta estaba preparada para una noche de remontada, para volver a una final de la Copa del Rey muchos años después, pero delante se encontró una de las mejores versiones del Barça de toda la temporada. El conjunto catalán desplegó un gran fútbol que contrarrestó las ganas y la garra puesta por los donostiarras. Aviso primero Alves, que disparó desde fuera del área poniendo en apuros a Zubikarai, portero titular ayer, y Messi, en el minuto 27, aprovechó un mal despeje de J. Ángel para marcar un golazo después de driblar a todos los defensas que le salían al paso y disparar desde la frontal. Zubikarai la tocó, pero la pelota sobrepasó llorando la línea de gol. El Barça siguió con el control del partido y Pedro falló el segundo tras un gran pase de Cesc. La Real trató de responder y Vela estuvo cerca de lograr el empate, pero Alves sacó el esférico en la misma línea de cal.
Tras la reanudación no cambió el guión del encuentro. Los de Martino seguían manejando y creando ocasiones gracias al juego de Iniesta y Cesc, mientras que los de Arrasate no se daban por vencidos y buscaban la remontada. Vela, otra vez, rondó el empate, pero su disparo se estrelló contra el travesaño defendido por Pinto. Ambos conjuntos disfrutaron de más ocasiones, pero solo Griezmann fue capaz de alterar el marcador, anotando en el minuto 87 el gol de una Real Sociedad que no pudo doblegar a un gran Barça.
Real Madrid y Barça se medirán en una final cuya sede será en Mestalla, como ya ocurriera en 2011, cuando se impusieron los blancos con un gol de Cristiano Ronaldo.