La Liga de Fútbol Profesional (LFP) cumplió en la primera jornada de Liga su amenaza. Mantuvo el pulso con las radios y les impidió entrar en los campos de Primera y Segunda división, las dos competiciones oficiales que organiza la LFP, para retransmitir los partidos. La Liga pretende que las radios, tanto privadas como públicas, paguen un canon que les daría derecho a poder informar directamente desde los estadios. La fecha límite era el 16 de agosto, pero la LFP no recibió ninguna solicitud firme. Están en juego alrededor de 20 millones de euros.
La Liga se ha encontrado con un bloque fuerte que tiene una respuesta contundente: «Ni negociamos ni vamos a pagar«, afirmaba Manu Carreño, director del Carrusel deportivo de la SER. «Es un agravio contra el derecho a la información«, dijo Paco González, homólogo de Carreño en Tiempo de Juego de la COPE. Así arremetieron ambos directores contra la polémica medida. Consideran que el fútbol beneficia tanto al deporte como éste a las radios. Destacan que los programas deportivos fomentan la afición y no restan entrada de público a los campos de fútbol, hecho que sí ocurre con la televisión.
Se prevé que van a tardar en llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. En mi opinión, por un lado tienen razón las radios: está claro que la publicidad que éstas aportan al fútbol y las sensaciones que transmiten contagian a los aficionados el seguimiento del deporte.
Por otro lado, es entendible también la postura de la LFP y más aún en la situación económica en la que nos encontramos: ¿cómo no van a exigir un canon cuando el fútbol está generando a las radios beneficios y sueldos para sus trabajadores? Como todo aficionado a este deporte, espero que se llegue a un acuerdo cuanto antes y poder vibrar nuevamente con el «Pi pi pi pi» de los goles.