El pasado viernes fue el Día Mundial contra el Cáncer y en todos los rincones del planeta se homenajeó a los 28 millones de enfermos que, en la actualidad, luchan contra la lacra de esta cruda enfermedad.
Lance Armstrong, como superviviente, también lo celebró, y al día siguiente recibió la feliz noticia de que quedaba absuelto de todas las acusaciones de dopaje de las que le acusaban sus antiguos compañeros de equipo. Algunos de ellos con menos credibilidad que una Tortuga Ninja, como es el caso del menonita Floyd Landis. Aquel muchacho que tras tomarse la poción de Panoramix llegó a Morzine con 6 minutos de ventaja sobre el resto y tras recorrer más de 130 kms de puertos de montaña en solitario, como si se tratara de un dios. Luego, rompió los valores en los análisis posteriores y le desposeyeron de tu tour en favor de Oscar Pereiro.
Jeff Novitzcky, aquel taciturno investigador que ha llevado a la miseria a héroes americanos como Tim Montgomery y Marion Jones, ha paralizado la investigación porque no han hallado nada en contra del texano. Lance es una de esas excepciones de la naturaleza que aparece en la Tierra cada dos décadas, un ser humano irrepetible que por fin ha salido de la sombra de la duda…¿Para siempre?
Diego Celma
Imagen: thechronicleherald