Los jugadores de fútbol franceses Nicolas Anelka y Franck Ribéry estaban citados a declarar ante la Comisión de Disciplina de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), junto a Patrice Evra, Jérémy Toulalan y Éric Abidal, quienes fueron considerados por dicho organismo como los máximos responsables del motín que la selección de Francia portagonizó en el Mundial de Sudáfrica.
La sanción prevista para cada uno de ellos oscilaba entre la inhabilitación desde un partido, hasta todo un año, junto a la selección de su país, como resultado de que resultasen implicados en lo que se los acusa.
Por otra parte, los que acudieron fueron los «afectados» del motín, Raymond Domenech, el ex seleccionador, además del ex presidente de la Federación, Jean Pierre Escalettes, quien recordemos que dimitió, después de que se desatase el engorroso escándalo durante el Mundial, que tuvo por principal resultado el desastrozo desempeño del propio combinado nacional.
Cada jugador estaba implicado de diferente forma. Patrice Evra, como capitán del equipo y presunto instigador de la revuelta; Anelka, como ya todos sabemos, por haber insultado al entrenador Domenech. Ambos podrían recibir la sanción de estar inhabilitados por un periodo que abarcaría entre los seis meses y el año, según destacan algunos analistas deportivos galos.
En lo que respecta a Franck Ribéry y a Jérémy Toulalan, cuyo jefe de prensa se encargó de publicar el comunicado que explicitaba la huelga, podrían recibir la suspensión por uno o dos partidos con la selección.
Finalmente, Eric Abidal, quien se negó a disputar el último encuentro de la primera fase del Mundial, contra la selección anfitriona, podría cesar de sus funciones durante tres meses.
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