Un ordenadísimo y ofensivo Sevilla se impuso a un estático Villareal que no ha conseguido todavía pasar de cuartos en la Copa del Rey. El Sevilla parece estar abonado a este torneo ya que llevan cinco semifinales en siete años. No hay duda de que los del Pizjuan son un equipo temible y especialmente a doble partido. La historia de este club se va haciendo grande a base de trofeos y buen fútbol como la UEFA, la Copa o las Supercopas.
Anoche el Sevilla consiguió ante el Villareal mostrar todo lo que no está pudiendo hacer en la liga y pasaron por encima del submarino amarillo con un buque de artillería pesada dejándolo tocado y hundido.
Manzano tras la mala imagen que está mostrando en liga su equipo quiso cambiar el sistema de juego y desde luego que lo hizo dejando en el banquillo a jugadores tan importantes como Capel, Navas, Perotti y Luis Fabiano. El resultado de el cambio funcionó a la perfección consiguiendo un equipo fuerte y con garra.
En la primera parte Renato marcó un gol de tranquilidad que demostraba el buen juego que estaban desplegando al contrario que el Villareal ya que Garrido fracasó con su nuevo plan y añoró el control del centro del campo y, una de dos, o menospreció al Sevilla o tiró la Copa.
En los cinco primeros minutos de la segunda parte el Sevilla demostró su hambre de títulos a base de goles, los de Kanouté y Alexis que remataron a puerta como si la vida les fuera en ello. El Sanchez Pizjuan se pegó una fiesta que merecía después de meses tristes y recordó su condición de equipo copero.