El Zaragoza tiró de los milagros aquella noche de mayo de 1995, cuando un chut de los de uno entre un millón hizo la parábola perfecta para batir a Seaman en el último minuto de la prórroga, cuando ya se podía captar el aroma a chamusquina de unos penaltis destinados a ser el fin… Seguir leyendo El Zaragoza respira