Hace falta echar la vista hacia atrás ya más de una década. En la temporada 2000 – 2001 debutó en la por entonces todavía llamada Copa de la UEFA un equipo vitoriano, el Alavés, que en la actualidad deambula por segunda división B. Ese debut fue una gesta futbolística sin parangón. El día del primer partido, ataviado con una camiseta con el nombre de todos los socios empató en casa a cero con el Gaziantepsort turco. Mal comienzo que no presagiaba en absoluto las noches de gloria que le esperaban a la grada de Mendizorroza. En la vuelta ganó 3-4 y pasó de ronda.
En segunda ronda eliminó al Lillestrom y en dieciseisavos a otro noruego, el Rosenborg. Llegaron a octavos de final, lo que ya había sido un éxito y parecía que el sueño del Alavés en Europa se iba a terminar. Tenían enfrente al Inter de Milán. Empataron a 3 en Vitoria pero luego en Milán ganaron 0-2 sorprendiendo a toda Europa.
En cuartos de final se toparon con el Rayo Vallecano, que había sido invitado por Fair Play. No tuvieron piedad y el conjunto vasco alcanzó las increíbles semifinales de la copa de la UEFA. En un lado Barcelona y Liverpool, en el otro Alavés contra Kaiserslautern. El equipo teutón se llevó un saco de goles en ambos encuentros.
En la final, primera vez en la historia que un equipo debutante de la UEFA la alcanzaba la final que ganó con gol de oro el equipo de la ciudad de los Beatles. Pero ese texto pertenece mejor dicho a la serie Cosas del futbol. Este bufón es impredecible.
Diego Celma
Imagen: elcorreo