Un nuevo deporte va ganando adeptos poco a poco. Se trata del Skike, una modalidad de esquí que no necesita de nieve para ser practicada. Y es que en lugar de esquís, los skikers utilizan una especie de patines para desplazarse. Eso sí, los bastones típicos que usan los esquiadores también valen para esta divertida práctica deportiva. Éstos sirven como punto de apoyo, aspecto que minimiza las caídas.
Los patines tampoco son los convencionales. En este caso, cada patín cuenta con dos ruedas neumáticas, con cámara, con un diámetro de unos 150 milímetros. La separación entre ambas es mayor que la de los patines de toda la vida. El hecho de utilizar este tipo de ruedas permite al practicante desplazarse por todo tipo de superficie: asfalto, tierra, gravilla, etc. Estos curiosos patines están hechos de aluminio y son ligeros y resistentes (pueden pesar unos dos kilos cada uno de ellos).
Esta nueva tipología deportiva fue inventada en 2001 por el austriaco Otto Oder. Viene a formar parte del patinaje nórdico, una actividad que se creó en los países del norte de Europa con la finalidad de seguir practicando deportes invernales durante los meses en los que no hay nieve.
Ciudadanos alemanes y austriacos, que residen fuera de sus países, son los que están introduciendo esta modalidad por distintas partes del mundo. Así lo explica, al menos, Jürgen Graf, que tiene una escuela de Skike en Tacoronte, en Santa Cruz de Tenerife. «En Alemania es más fácil practicar este deporte porque hay muchos caminos preparados para circular en bicicleta«, explica Jürgen.
Aunque es un deporte incipiente en las Islas Canarias, Graf espera que se vaya implantando poco a poco porque «el patinaje ha ido a más» en este lugar. «Hace cinco años nadie patinaba en Canarias. Ahora ya se ve bastante gente«, relata.
Jürgen desconoce si hay otras escuelas de Skike en España. Cree, sin embargo, que este deporte tiene muchas “posibilidades en la Península”. Donde sí parece haber cuajado esta práctica deportiva, al menos algo más que aquí, es en Argentina y Chile (en este último país hay unos 100 practicantes, según relataba hace pocas fechas el diario La Tercera). «También son alemanes los que están introduciendo este deporte en Argentina«, apunta Graf. «En mi país (Alemania) se practica bastante, pero tampoco es que sea un deporte muy popular», añade.
Después de haber practicado durante unos meses, se pueden alcanzar, con estos llamativos patines, velocidades de unos 15 km/h de media (con puntas de 25 y 30). Los que ya tienen práctica, pueden acabar desplazándose a una velocidad de unos 25 km/h de promedio.
Más que una gran rapidez de desplazamiento, lo que busca este deporte es ejercitar los músculos. Practicándolo, se trabajan muchas zonas del cuerpo: columna vertebral, espalda, brazos, manos, muñecas… un deporte, en definitiva, muy completo.
Veremos si, con el paso del tiempo, esta actividad deportiva, como mínimo curiosa, va cogiendo adeptos en España. Sin duda es una buena solución para todos aquellos esquiadores que se quedan sin su práctica favorita una vez cerradas las pistas de esquí.