Todos los medios se han volcado con él, toda la gente le ha apoyado, todos los periodistas españoles le han defendido a capa y espada y con tanta devoción por su persona, no se han dado cuenta de que estaban poniendo en entredicho la honestidad y la decencia de otra, de una mucho menos conocida, pero una persona con dignidad, la misma o más que el famoso de turno. Contador ha sido el elegido en esta ocasión y la victima de todo esto ha sido Javier Zabaleta, el carnicero de Irún.
Los abogados de este currante están analizando todas las posibilidades y no descarta emprender acciones legales contra el ciclista por las graves acusaciones del ciclista pinteño, que le señaló como vendedor de carne contaminada con clembuterol.
Durante un año y medio, este tranquilo carnicero se ha sentido perseguido, y hasta una empresa de detectives de Madrid ha estado vigilándole con lupa, desde los clientes que entraban a la carnicería hasta los proveedores pasando por la trazabilidad de la carne.
Según sus palabras como profesional del sector cárnico, la defensa de Contador no tuvo en cuenta hasta que punto se le hace seguimiento a la carne, desde que nace la res hasta que muere.
Diego Celma
Imagen: rtve