El Barcelona tuvo ayer idéntico problema que el Madrid en Chipre pero si el premio y arreón final de los blancos. Hay que reconocer que el rival de los culés tiene más entidad que el Apoel Nicosia pero así es la vida.
Los jugadores de Pep Guardiola trataron sin éxito de penetrar en la defensa italiana pero a veces las imprecisiones del ataque azulgrana, otras veces las buenas acciones defensivas milanistas y otras veces un Abbiatti muy acertado acabaron con las esperanzas de Barça.
Los barcelonistas reclamaron además dos penaltis, uno a Alexis y otro a Puyol pero el árbitro siguió a lo suyo como si nada. Es cierto que Alexis tenía más intenciones de forzar la pena máxima que de marcar gol.
Ahora el Milán ya tiene lo que quiere, sabe que el Fútbol Club Barcelona tiene que ganar en el Camp Nou para pasar, y en el partido de liguilla el Milán consiguió un empate en el último minuto del descuento tras un saque de córner. La suerte italiana siempre está ahí y puede aparecer en el momento más inoportuno para los culés. Cuidado la semana próxima porque puede haber una debacle en Barcelona.
Diego Celma
Imagen: laprensa