Alemania mostró una juventud que le hace ser más vistosa y competitiva, con Ozil en el timón.
Australia fue un equipo con poca garra pero a cambio los de Low parecieron golear sin pestañear. Una nueva Alemania impulsada por Ozil, Khedira o Muller y respaldada por un viejo huracán: abrieron el marcador Podolski y Klose. En la segunda parte redondearon el marcador Muller y Cacau.
Australia fue bombardeada por cuatro goles alemanes, en un estadio repleto de pasión, colorido y con mucha esperanza de los aficionados.