Ayer, la selección española sub-21, tras haber demostrado sobradamente haber sido la mejor selección desde el principio hasta el final del torneo, se proclamó campeona de Europa, tras vencer en una cómoda final a Italia por 4-2.
Lopetegui alineó el mismo bloque que había maravillado hasta la final, a excepción de la novedad de Morata, que se había ganado un puesto a base de goles. El equipo, una vez más, no defraudó y comenzó intentando manejar el balón tal y como acostumbran, y pronto la suerte se puso de cara. Morata, bota de oro del torneo con 4 goles, rompía a su marcador y ponía un centro perfecto para que Thiago, el mejor ayer de los nuestros, rematara a placer entrando desde atrás. Todo se ponía de cara, pero lo italianos, lejos de venirse abajo, bregaron para darle la vuelta a la situación, y en el minuto 10 pusieron la primera piedra para conseguirlo, tras batir Immobile a De Gea. Era el primer gol que recibía el portero del Man. Utd en el torneo, y tenía que ser precisamente en la final.
España no peco de impaciente y siguió con su guión de toque, esperando un hueco para profanar la portería italiana, algo que sucedió en el minuto 31. Koke puso un balón perfecto a Thiago que con la ayuda del despiste de su marcador, controlaba con el pecho dentro del área y batía a Bardi con un potente disparo, haciendo el segundo de la rojita y de su cuenta particular. Ni 7 minutos tardarían los de Lopetegui en dar el siguiente zarpazo. En el minuto 38, Tello dejo atrás a sus marcadores y se adentró en el área, recortó con el tacón y el arbitro señaló pena máxima tras la entrada del defensor italiano. Thiago transformó el lanzamiento e hizo el tercero de españa a la vez que conseguía un hat-trick perfecto.
La selección se fue al descanso con los deberes bien hechos, pero sabedores de que ante un equipo como los italianos 2 goles pueden no ser suficientes quedando 45 minutos por delante. Salieron como en la primera mitad, controlando el balón y exhibiendo su calidad y, en el minuto 66, Montoya, tras una gran galopada, pisaba área italiana y recortaba con maestría, ante lo que el defensa solo pudo cometer otro penalti más. Esta vez sería Isco el encargado de realizar el lanzamiento, y tampoco falló. El malagueño, que a la postre sería designado MVP del torneo, ponía el 4-1 en el marcador y dejaba casi cerrada la final. Borini, en una de las pocas ocasiones que tuvieron los azzurri, ponía el definitivo 4-2 tras disparar ajustado al palo desde fuera del área.
Gran victoria de «los pequeños» que siguen demostrando lo grandes que son las últimas generaciones de futbolistas españoles, que han logrado alzarse con casi todos los títulos y han puesto a sus pies a aficionados de todos los rincones del planeta.
Enhorabuena!