Didier Drogba pasó en unos pocos minutos de ser el héroe del partido, a un antihéroe y finalmente de nuevo al héroe, dueño y señor del Chelsea.
Poco hizo el equipo londinense por llevarse el título de la Champions League. Es más, el Bayern de Munich podría haber ganado el partido en numerosas ocasiones, pero en fútbol, el que perdona lo paga.
Muller marcó el gol de los alemanes en el minuto 83, que entonces ya se las pintaban muy felices. Pero en un córner, cuando los bávaros celebraban ya el triunfo en su estadio, Mata la puso como los ángeles en la cabeza del matador Drogba, que empató la final.
En la prórroga, el propio Drogba hizo un penalti, que podía complicarles mucho el trofeo a los blues pero Robben lanzó flojo, machacado por la presión, y Cech evitó el tanto de los muniqueses.
Ya en la tanda de penaltís, Mata comenzó fallando, pero luego Olic, seguido de Schwengsteiger condenaron definitivamente a los bávaros. Abramovic ya tiene su preciada Copa de Europa tras más de 1000 millones de euros invertidos en el equipo. Quizás no hicieron un fútbol muy brillante, pero el Chelsea demostró que supo luchar en los minutos más complicados.
Diego Celma
Imagen: thelionspitch