Felipe Massa era ya un piloto mediocre, un piloto que consiguió que tuviera lugar la celebración más efímera de un título mundial cuando en 2008, el equipo Ferrari y el padre del piloto brasileño creyeron haber obtenido la victoria. Sin embargo, de aquello no tuvo toda la culpa él sino que los neumáticos de Timo Glock fueron los verdaderamente decisivos.
Pero a lo que me vengo a referir es que no es un piloto con estrella, sino más bien estrellado y sin fortuna, la misma fortuna que le llevo a recibir el impacto de un muelle en el casco, impacto por el cual a punto estuvo de perder la vida.
Desde que se recuperó de ese accidente, su rendimiento ha bajado. Dicen que tiene miedo. Quizás sea verdad y su media de puntos se haya precipitado porque conduce con miedo a que en cualquier momento vuelva a recibir un fuerte golpe en el casco.
El caso es que Ferrari no se lo puede permitir y ya está pensando en fichar a otro compañero para Alonso. Webber tenía muchas opciones pero ha renovado con Red Bull. De todas formas, a Felipe le quedan muchos grandes premios para forzar la renovación.
Diego Celma
Imagen: xavi04