El Madrid se planta en la final de la Copa del Rey

El Real Madrid ha superado con éxito el último escollo ante el Sevilla para plantarse en la final de la Copa del Rey e intentar arrebatársela nada menos que el todopoderoso Barcelona.

La última Copa del Rey la lograron los blancos hace 17 años ante el Real Zaragoza. El Real Madrid se mete en la final de la Copa del Rey por méritos propios siete años después,  tras derrotar no sin dificultad en la vuelta de semifinales a un Sevilla que nunca tuvo claro que pudiera ganar, se notó su falta de convicción.

Los de Mourinho tampoco convencieron, falto ritmo de juego y el equipo dio la sensación de cansancio. Marcaron Özil, uno de los mejjores del Madrid  y el recién llegado Adebayor, que sigue con su buena racha de nunca haber perdido en su primer partido en casa.

Özil y Di María no daban más de sí, Khedira que no aparecía y Benzema, en su mundo. Cristiano no paraba de intentar crear ocasiones y disparaba a puerta una y otra vez, el portugués se desesperaba y protestaba.

El Sevilla que había salido organizado contaba con un plus que era  un Negredo motivado. Una y otra vez trató de superar a Albiol y Carvalho, ganándoles en más de una ocasión la posición y, en uno de los pases al hueco en el minuto 12, supo adelantarse y superar con una gran vaselina de primeras sobre Casillas. Golazo… Anulado, por un fuera de juego que no fue. Y si hay duda, no se pita, como pasó en la ida con el ‘gol fantasma’. Más polémica.

Pasada la media hora de la primera parte los de Manzano trataron de sorprender a pocos minutos del descanso, con un potente chute de Negredo desde lejos que rozó el palo de la portería de Casillas.

El Madrid en la segunda parte espabiló algo gracias a los pitos desde la grada. Merecidos, sí, pero leves visto lo visto. Se notaba el cansancio en los jugadores blancos y el que más luchaba era Cristiano Ronaldo que buscaba carrera tras carreta el balón.  Benzema intentaba la contra pero sin llegar a ninguna parte, aunque bien sirvieron para darle vida al blanco. Nada de bandas.

Entonces apareció Özil. Corrió y volvió a correr. Y regateó a Varas. Y marcó. Era el minuto 81 y se acaba el sufrimiento y el riesgo con el que se jugaba ante un Sevilla volcado. Lo mejor del partido, junto al gol de Adebayor, que salió en la recta final, templó con el pecho un buen centro del recién incorporado Lass, en el tiempo añadido, y sumó su primer tanto a ‘bocajarro’ ante el meta sevillista.

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