El mediocampista del Arsenal Cesc Fabregas está derrotado tras la eliminación de su equipo de la Liga de Campeones. El catalán no se ha querido pronunciar pero si que lo ha hecho su padre: «Mi hijo quería pegarse un tiro al acabar el partido» estas son unas durísimas palabras que describen a la perfección el estado de ánimo de Cesc.
Es una lástima que un gran jugador como Cesc sea vapuleado por todo el mundo empezando por la afición del Nou Camp y siguiendo con la prensa inglesa. Cualquier jugador puede tener una mala noche en el terreno de juego, pero es que lo del catalán es tremendo, primero tras un fallo suyo concede el primer tanto del Barcelona, más tarde se lesiona y al ser sustituido es abucheado de una manera incomprensible por la afición. ¿Se puede tener un día peor?
Las palabras exactas que el padre del jugador ha dicho son: «Hablé con él después del partido y la verdad es que tenía ganas de pegarse un tiro porque era un partido al que él tenía muchas ganas y porque era un partido de Champions que era especial y para él un poco más especial por ser contra el Barça, que es el equipo donde se había formado. Y ver que desde el minuto diez ya le tiraba la pierna y no podía hacer el fútbol al que está acostumbrado, yo que le conozco me parece que para el pobre niño fue uno de los peores días de su vida»
No se lo que opinareis vosotros, pero yo sinceramente creo que no se merece el linchamiento que ha sufrido. Se puede hacer una crítica, claro que sí, pero sin llegar a desprestigiar al jugador.