Que Lance Armstrong es un ser humano con unas capacidad biomecánicas inusuales y una relación peso-potencia irrepetibles es algo que ya conocíamos todos, pero que a sus 40 años y tras haber estado alejado del triathlon más de 20 años, quede segunda en un medio ironman de tanto prestigio como el de Panamá es algo que no nos esperábamos ni siquiera sus más acérrimos fans.
Lo de Lance es algo que demuestra que existen deportistas que de verdad viven el deporte como pasión, no puede estarse quieto y sin entrenar a pesar de ser ya muy millonario. No lo hace por dinero, lo hace por placer y porque quiere promocionar Livestrong y la lucha contra el cáncer.
Muchos desalmados lo acusan de dopaje pero no sería muy razonable que un hombre que vio cara a cara a la muerte con su cáncer metastatizado en el cerebro y los pulmones, se dedique a usar sustancias prohibidas con las consecuencias derivadas de su consumo. Las secuelas físicas son de por vida.
Esta claro que para correr este triatlhon no se dopa, lo hace por afición y ha quedado segundo superando a muchísimos triatletas consagrados que llevan toda su vida dedicada a esta disciplina. Leyenda.
Diego Celma
Imagen: emol
pero le han hecho las pruebas de dopaje???