Según Arsene Wenger la expulsión es desmesurada y dice que «fue vegonzoso», que «no se puede matar un partido así». ¿Pero este hombre qué está defendiendo? En primer lugar el árbitro Massimo Busacca está considerado uno de los mejores del mundo y lo único que hizo es aplicar las normas que rigen el juego. Si el jugador del Arsenal no hubiera hecho el imbécil el signo del partido habría sido seguramente bien distinto.
Y es que estamos siempre en lo mismo, pitar ese tipo de jugadas o no. Por supuesto que podría haberla no pitado pero en ese caso habría perjudicado al Barcelona y el árbitro habría sido criticado por no hacer bien su trabajo, pero ayer no fue así.
Las palabras del técnico del Arsenal son de niño de colegio enfadado: «Nos hemos enfrentado a un gran Barcelona y deseo que llegue lejos, pero no esperábamos que lo hiciera así. Jugando a un cierto nivel, es imposible entender la expulsión. Hablé con el árbitro tras el partido y me dijo que no compartía mi opinión y que hizo lo correcto. Aunque hubiese oído el silbato, no entiendo la roja. Los del Barça y los periódicos catalanes lo entenderán, pero no la gente que ha jugado al fútbol»
Precisamente por que se está jugando al máximo nivel futbolístico se exigen que las normas y los que las aplican sobre el terreno de juego lo hagan bien, sin andarse por las ramas o preguntarse si se van a cargar el partido, ese no es su problema, es de los jugadores que deben conocer las normas y lo que puede ocurrir si las incumplen. Ya está bien de cargar contra los árbitros en este tipo de jugadas, lo que debería de hacer Arsene Wenger es habar con Van Persie y pedirle las explicaciones oportunas.