Cuesta abajo y sin frenos sería la frase hecha que definiría la trayectoria del Real Zaragoza desde el comienzo de la temporada, que lleva desde principios de diciembre encarcelado en el farolillo rojo de primera división.
Ayer el Betis le sacó los colores a toda la Romareda, graderío que ya se avergüenza del equipo al que va a animar. En este caso fue Rubén Castro el sepulturero y parece que le ha dado la extremaunción aun equipo que tampoco parece tener ganas de jugar en primera al año que viene. Suena duro pero su actitud transmite eso.
El primer gol bético llegó justo antes del descanso, un gol psicológico cuando la afición ya hacía sus cábalas con un hipotético gol bien entrada la segunda mitad. El Zaragoza hizo una primera mitad bastante digerible pero no supo refrendarlo en el resultado.
En el 69 de partido, de nuevo el jugador canario Rubén Castro, dejó el partido visto para sentencia y hundió las esperanzas de una afición que venía ilusionado a la Romareda tras la sorprendente victoria de la semana anterior frente al ahora cuarto clasificado. Es triste ver como un histórico regresa a segunda, y no por mala suerte en la última jornada, sino trabajándoselo toda la temporada.
Diego Celma
Imagen: mundodeportivo