Sin duda un fin de semana de esos que es mejor olvidar, fue el pasado para el piloto británico.
Después de ser detenido tras la calificación del sábado, las reacciones no se han hecho esperar y las críticas no son precisamente favorables para el de McLaren.
Lewis Hamilton ha sido protagonista del Gran Premio de Australia de Fórmula Uno, claro está que por sus actos de inconsciencia y tonterías, poco comunes en pilotos de este deporte.
El sábado se olvidaba de dejar en el circuito su pasión por la velocidad y era detenido por los agentes de policía, siendo acusado de conducción temeraria.
Se desconoce si el británico rodaba a más velocidad de la debida o si se pasó de la raya con los derrapes y trompos, pero ya salen a la luz declaraciones al respecto.
El primero en hacer públicas sus opiniones sobre el tema ha sido, ni más ni menos, que el ministro de Transporte del Estado de Victoria, Tim Pallas, en donde el responsable de transporte no dudó a la hora de definir a Hamilton como «un joven muy tonto».
Por su parte, los medios preguntaron a Pallas si el piloto podría ser el protagonista de la campaña australiana para prevenir los accidentes de tráfico, cuyo lema reza «No seas un idiota», por lo que la ironía nunca fue tan justa.
Por si fueran pocos problemas para Hamilton, en lo deportivo tampoco le fue nada bien, y para colmo de males, en una de las paradas en boxes que tuvo que realizar el británico, las comunicaciones con su equipo técnico fueron emitidas por la cadena británica BBC, justo cuando fruto de un gran enfado por los problemas de su monoplaza, Hamilton soltó una palabra fuera de lugar.
La educación británica llegó al extremo de que los comentaristas que estaban cubriendo el evento tuvieron que pedir disculpas públicamente ante toda su audiencia por las palabras de Lewis Hamilton.
Demuestra que además de ser bastante arrogante, tonto e insolente, fue un fin de semana digno de ser borrado de la memoria del joven piloto.