4-0: Portugal doblega a España en un no tan amistoso

Anoche vimos caer a nuestra selección nacional en territorio portugués, por el triste resultado de 4-0, en el partido amistoso que promovía la candidatura ibérica como sede de la cita Mundial a llevarse a cabo en el 2018. En todos los sentidos posibles, la polémica se hizo presente durante este encuentro, que no fue tan amistoso como se pretendía.

El consenso de la opinión pública ha visto el enfrentamiento de la pasada noche en Lisboa como una anticipo a escala de lo que será el clásico del fútbol español, a disputarse el próximo lunes 29 de noviembre, por la Liga. Y es que los ‘cracks’, tanto de Real Madrid como del FC Barcelona, fueron partícipes del espectáculo.

Uno de los rasgos que más sobresalió en el olvidable 4-0 a favor de los locales es el evidente enojo de Cristiano Ronaldo, pese a que la selección de su país protagonizó la goleada. Jugó 45 minutos, los cuales bastaron para que viera la cartulina amarilla, para que el colegiado anulara un gol que convirtió y para realizar una de esas escenas que a él tanto le encantan, arrojando al suelo el brazalete de capitán.

Todas las paces con las que se propuso el partido se vieron abatidas una vez que los jugadores entraron al campo y sin dudas, CR7 fue uno de los que generó el clima tenso, y no solo él, sino que también quienes se metieron con él. Un ejemplo de ello fue cuando a los diez minutos del inicio, el luso y Busquets se encontraron, teniendo como resultado la amonestación del barcelonista.

Poco después, el vengativo Cristiano mostró su cara más intolerante y cobró venganza con una entrada a Busquets, recibiendo también una amarilla. Aquí ya se podía apreciar ese «clima de clásico» del que hablábamos; parece que CR7 puntualizó a los españoles que militan por el FC Barcelona y no los perdonó. Y él tampoco fue perdonado.

La siguiente víctima sería el zaguero Gerard Piqué, casualidad o no, es otro azulgrana, que se cruzó en el camino del portugués y a quien mandó al suelo con un quiebro. En esta ocasión, Cristiano chutó a portería sobre la cabeza de Iker, cuando Nani tocó el balón en fuera de jugo, razón por la cual el gol de película fue anulado.

Repleto de rabia, más allá de la alegría que pudo haber tenido porque Portugal goleó, en este momento Cristiano lanzó su brazalete de capitán al sulo, sin poder creer lo que había sucedido. El luso se caracteriza porque su gestualidad hablan por él, sin necesidad de utilizar palabras, y podemos decir que en este momento CR7 hizo todo un discurso con sus gestos y señas.

Después de los 45 minutos más difíciles que protagonizó Cristiano Ronaldo, el entrenador de la selección portuguesa, Paulo Bento, le reemplazó para la reanudación. Con el clima caldeado y los locales mostrándose como superiores, siguió el partido, que cerraría su marcador en 4-0.

¿Cómo viste el partido? ¿Qué opinas de las actitudes de Crisitano? Esperamos que comentes.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *