Al campeón también le toca sufrir y anoche España estuvo muy cerca de saborear el amargor de volverse a casa a las primeras de cambio. Casillas, de nuevo salvador, y la falta de acierto de los delanteros del combinado croata propiciaron que España ganara en el último partido de la tercera fase y certificara así el primer puesto en el grupo.
En la primera mitad el partido fue un poco tostón porque parecía que a Croacia no le molestaba el empate, y a España le faltaba acicate dado que Italia tampoco estaba consiguiendo grandes cosas frente a Irlanda. Sin embargo, en la segunda mitad, los balcánicos entraron a morder, con los colmillos afilados sabiendo que ganar era la única opción real de clasificarse.
La ocasión más clara fue para Rakitic, que remató solo y que obligó a Casillas a esmerarse con una parada de puros reflejos. En la selección española se palpaba el miedo, el miedo a que el partido se fuera de las manos. Balotelli sentenciaba a Irlanda mientras tanto y ahora más que nunca, un gol de los Bilic significaba el fin.
Por suerte, Iniesta y Navas, rozando el fuera de juego, nos dieron la tranquilidad, la victoria y el pase.
Diego Celma
Imagen: goal