La selección sufrió un pequeó revés en la noche del viernes en Gijón. Lo que prometía ser una noche de fiesta en el Molinón, donde la afición esperaba con ganas el regreso de uno de sus ídolos y esperaba ver una goleada de «La Roja» que infudiera confianza para el vital encuentro de mañana contra Francia, se convirtió en una pequeña decepción para todos los presentes, incluida la propia selección española.
Comenzó el partido como era de esperar, con Finlandia encerrada atrás dejando a España el control del esférico y la iniciativa del partido, ya que a los finlandeses les valía con no llevarse un saco de goles, puesto que su clasificación se ve como un imposible. Así que los de del Bosque se pusieron manos a la obra y empezaron a jugar el fútbol de toque y control que les caracteriza, moviendo a la selcción finlandesa de lado a lado esperando un hueco por el que colarse. Encontraron alguna opción con las subidas de Arbeloa por la banda en los primeros minutos, pero ninguna de ellas llegó a buen puerto y la primera parte murió sin goles.
Nada más comenzar la segunda, Sergio Ramos, que cumplía su partido número 100 como internacional, remató de cabeza un corner botado por Silva y puso el 1-0 en el marcador. Se suponía que Finalndia buscaría ahora el empate, pero ni con esas quisieron abandonar el «autobús» que habían plantado dentro de su área y siguieron dejando el control a España. La selección siguió intentando conseguir el 2-0 y, cuando faltaban 11 minutos para el final, una contra del equipo finlandes unido a un error defensivo, permitió a Pukki conseguir el empate en el minuto 78. España buscó a la despesperada la puerta de Menp para intentar darle la vuelta al resultado pero no hubo acierto cara a puerta y el partido terminó con empate a 1.
Mañana España tendrá la oportunidad de quitarse el mal sabor de boca ganando a Francia en París.