Simulacro, records y a Lisboa

El Real Madrid consigue el pase a la final de la Champions League tras destrozar al Bayern en Múnich con una exhibición que anuló cualquier esperanza de remontada bávara y demostró el gran planteamiento de Ancelotti.

Lo que se suponía una noche agónica para el conjunto blanco, una noche donde «iban a arder hasta los árboles», acabó siendo un paseo para los de Ancelotti, que nada más empezar el encuentro ya dieron el primer aviso. Una jugada calcada a la del 1-0 en el Bernabéu en la que Cristiano filtró para Di María acabó esta vez en las manos de Neuer. El Madrid mostraba sus intenciones desde el primer minuto, presionando arriba e incomodando a los de Guardiola y tras un robo llegó el córner que daría lugar al primer gol de la noche. Modric lanzó y Ramos apareció para batir con potencia a Neuer y poner el 0-1, además de tomarse su revancha personal con el guardameta. Algo que el de Camas repetiría cinco minutos después, esta vez tras un lanzamiento de falta. Di María botó la falta y Ramos, tras tocar Pepe, remató solo en el área pequeña poniendo el balón en el fondo de las mallas y Lisboa mucho más cerca para los suyos.

Arranque demoledor del Madrid que se vería ampliado poco antes del descanso, en el minuto 34. Los atletas tomaron la pista del Allianz Arena y elaboraron un gol marca de la casa, tras una contra perfecta, como solo ellos saben. Di María pasó a Benzema, que con un gran toque dejó a Bale solo con Boateng defendiendo y Cristiano llegando por la izquierda. El galés paso al portugués y «el bicho» batió a Neuer poniendo el 0-3 y anotando su gol número quince en la competición, dejando atrás el record de Messi. Una primera parte perfecta que solo se vio empañada por la tarjeta que recibió Xabi Alonso, que le obligará a ver la final desde la grada.

La segunda parte fue un mero trámite en el que los de Guardiola buscaron maquillar el resultado, pero la buena labor del conjunto blanco impidió el objetivo. Ancelotti retiró a Ramos para evitar que sucediera lo mismo que con Alonso y las pocas ocasiones del Bayern fueron bien desbaratadas por la defensa. El dato es que Casillas solo intervino una vez. Así, con todo resuelto atrás, Cristiano tuvo tiempo de marcar el cuarto y ampliar su record tras un lanzamiento de falta al borde del área.

Mucho ruido y pocas nueces para los de Munich, que han visto como el conjunto blanco les pasaba por encima y les endosaba la mayor goleada recibida en Europa de su historia. No se puede vender la piel del oso antes de cazarlo.

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