Tropiezo en San Siro

El F.C. Barcelona deberá remontar el resultado adverso de 2-0 con el que se volvió a la ciudad condal tras el partido de anoche. Como ya decíamos ayer, en una noche de Champions, y más a estas alturas de la competición, no hay equipo fácil, y ayer el Milan demostró que sin un gran juego y sin una plantilla llena de estrellas, se puede doblegar al que ahora mismo está considerado el mejor equipo del mundo, el Barça.
A base de esfuerzo y disciplina, los italianos plantearon el partido como lo hacen el 90% de los equipos que se enfrentan al todopoderoso conjunto catalán, pero con una diferencia respecto a la mayoría, que fue el no hacer concesiones en defensa y una organización de las líneas perfecta, sin fisuras y con todos los jugadores defendiendo cuando hacía falta.

Así comenzó el partido. El barça con la posesión del esférico buscando la portería rival y el Milan encerrado atrás buscando una contra. El conjunto de Roura no conseguía avanzar y, a pesar de ser el dueño absoluto del balón, las jugadas eran estériles y sólo movían la pelota en horizontal, sin profundidad, por lo que el conjunto de Allegri no tuvo muchos problemas a la hora de defender, e incluso pudo adelantarse en el marcador en la primera mitad, con ocasiones de Boateng y Shaarawy.
Sin embargo, la primera mitad finalizó sin goles y, cuando se llevaban 10 minutos de la segunda parte, llegó el primer gol rossonero. Montolivo disparó a la meta defendida por Valdés, pero el esférico rebotó en las manos de Muntari y quedó franco para el remate de Boateng, que batía a Valdés con un tiro ajustado al palo. En contra de lo que se podía esperar, el Milan se volcó más sobre la portería del Barça, dándole más espacios al conjunto de Roura que no supieron aprovechar. Tan sólo un tiro lejano de Iniesta causó un poco de inquietud. Así el Barça seguía intentando llevarse un resultado más positivo pero lo que encontró fue un nuevo gol del Milan en el minuto 80. Niang, que acababa de salir, dejo el balón para Shaarawy que cedió por encima de Alves a Muntari para que este fusilara a Valdés con un potente tiro cruzado. A partir de aquí los de Allegri se dedicaron a guardar el resultado y el partido finalizó con el 2-0.

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